“Parceria”: el cáncer silencioso del mercado de la construcción
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Lo que no hay en las aulas
Hay cosas que no se aprenden en la universidad. Ni en un posgrado, ni en un MBA. Nadie habla de eso, pero sucede — y con una fuerza corrosiva que enferma nuestro mercado.
“Sabé qué, indicame ahí, te doy acá una comisión.”
Así empieza el cáncer. Una “parceria” mal entendida: un acuerdo de favores que se disfraza de oportunidad. Un intercambio donde el valor técnico cede su lugar al interés financiero.
Y así, lo que debería ser una alianza estratégica entre profesionales comprometidos con la calidad, se transforma en un robo ético. Un robo al cliente, a la empresa y, sobre todo, a la dignidad del profesional que firma la obra.
Cuando la profesión pierde su alma
Profesionales de distintas disciplinas — arquitectos, ingenieros, técnicos, proveedores—han sido asediados con la misma frase:
“Poné mi producto, te garantizo una buena comisión.”
Y muchos, lamentablemente, ceden. Negligencian la parte técnica, olvidan la esencia, el amor por la profesión. Dejan de especificar por desempeño, por calidad o sustentabilidad, y comienzan a especificar por conveniencia.
Pero esa conveniencia tiene un precio alto: destruye la confianza, corrompe la cadena de valor y contamina el alma del sector.
Parceria no es comisión: es coherencia
Una parceria auténtica no se compra con dinero. Se construye con respeto, coherencia y propósito compartido.
Cuando en OTIFF elegimos un proveedor o un aliado, lo hacemos porque cumple con los principios que defendemos: equilibrio, costo, plazo, calidad, responsabilidad socioambiental. No porque prometa comisiones o beneficios encubiertos.
Y del mismo modo, no queremos que recomienden nuestros servicios esperando un retorno financiero. Queremos que lo hagan porque creen en nuestro trabajo, en nuestra coherencia, en nuestro valor agregado.
La enfermedad del inmediatismo
El inmediatismo es el mayor enemigo de la ética profesional. Esa búsqueda desesperada por “ganar algo rápido” termina robándole al futuro la posibilidad de un mercado más justo.
Aceptar comisiones indebidas es robar. Sí, robar. Robar del cliente que confía, del proveedor que compite limpiamente, del país que necesita profesionales íntegros.
Y mientras sigamos tolerando esta práctica como si fuera “normal”,seguiremos construyendo sobre cimientos corroídos.
Reconstruir la ética, piedra por piedra
El mercado de la construcción necesita una reflexión profunda y un cambio cultural. Porque no hay innovación que valga si no hay integridad. De nada sirven los BIM, las ISO o las metodologías LEAN si seguimos practicando las viejas trampas del interés oculto.
La verdadera evolución no está solamente en la tecnología, sino en el carácter. En decir “no” a lo fácil, y “sí” a lo correcto. En recordar que la ingeniería es, antes que nada, un acto moral.
El futuro no se negocia
Construir con propósito es resistir la tentación del atajo. Es entender que el respeto no se compra, se gana con coherencia.
Y sobre todo, es tener el valor de decir, con voz firme y limpia:
“No te voy a especificar por la comisión.Te voy a especificar porque tu producto es bueno, eficiente y sostenible.”
Solo así construiremos un mercado digno, previsible y honesto. Solo así honraremos nuestra profesión.
Porque quien vende su criterio, tarde o temprano, termina hipotecando su nombre.
“La verdadeira parceria no se firma con comisiones, sino con convicciones.”— OTIFF S.A.
Juntos. Construimos para el futuro.